Espera y oráculo (Is 21,1-10)
2 1Me pondré de centinela,
haré la guardia oteando
a ver qué me dice,
haré la guardia oteando
a ver qué me dice,
qué responde a mi reclamación.
2EI Señor me respondió:
2EI Señor me respondió:
*Escribe la visión, grábala en tablillas,
de modo que se lea de corrido:*
de modo que se lea de corrido:*
3la visión tiene un plazo, jadea hacia
la meta,
no fallará; aunque tarde, espérala,
no fallará; aunque tarde, espérala,
que ha de llegar sin retraso.
4«EI ánimo ambicioso fracasará;
el inocente, por fiarse, vivirá».
5Aunque se lance el pérfido,
un tipo fanfarrón, nada conseguirá;
aunque ensanche las fauces como el abismo
y sea insaciable como la muerte;
aunque arramble con todos los pueblos
aunque ensanche las fauces como el abismo
y sea insaciable como la muerte;
aunque arramble con todos los pueblos
y se adueñe de todas las naciones,
6ª todos ellos entonarán contra él
6ª todos ellos entonarán contra él
coplas y sátiras y epigramas:
Copla de los cinco ayes
6b¡Ay del que acumula bien ajeno,
¿por cuánto tiempo?,
¿por cuánto tiempo?,
y amontona objetos empeñados!
7De pronto se alzarán tus acreedores,
despertarán
y, sacudiéndote bien, te desvalijarán;
y, sacudiéndote bien, te desvalijarán;
8porque saqueaste a tantas naciones,
los demás pueblos te saquearán;
por tus asesinatos y violencias
los demás pueblos te saquearán;
por tus asesinatos y violencias
en países, ciudades y poblaciones.
9iAy del que mete en
casa ganancias injustas
y anida muy alto
y anida muy alto
para librarse de la desgracia!
10Destruyendo a tantas naciones
has planeado la afrenta de tu casa
y has malogrado tu vida.
y has malogrado tu vida.
11Las piedras de las paredes
reclamarán
alternando con las vigas de madera.
12iAy del que construye con sangre la ciudad
y asienta la capital en el crimen!
alternando con las vigas de madera.
12iAy del que construye con sangre la ciudad
y asienta la capital en el crimen!
13El Señor de los ejércitos ha
decidido
que trabajen los pueblos para el fuego
y las naciones se fatiguen en balde,
que trabajen los pueblos para el fuego
y las naciones se fatiguen en balde,
14cuando toda la tierra se llene
del conocimiento
del conocimiento
de la gloria del Señor,
como las aguas colman el mar.
15¡Ay del que emborracha a su prójimo,
lo embriaga con una copa drogada,
para remirarlo desnudo!
15¡Ay del que emborracha a su prójimo,
lo embriaga con una copa drogada,
para remirarlo desnudo!
16Bebe tú también y enseña el prepucio,
hártate de baldones y no de honores,
que te pasa la copa la diestra del Señor
hártate de baldones y no de honores,
que te pasa la copa la diestra del Señor
y tu ignominia superará a tu honor.
17El Líbano violentado te aplastará,
17El Líbano violentado te aplastará,
la matanza de animales te aterrará:
por tus asesinatos y violencias
por tus asesinatos y violencias
en países, ciudades y poblaciones.
19¡Ay del que dice a un leño: Despierta,
ya una piedra: desperézate! ¿Te va a
instruir?
Míralo forrado de oro y plata,
Míralo forrado de oro y plata,
y no tiene alma.
18¿De qué le sirve al ídolo que lo
talle el artífice
si es una imagen, un maestro de mentiras?
si es una imagen, un maestro de mentiras?
¿De qué al artífice confiar en su obra
o fabricar ídolos mudos?
o fabricar ídolos mudos?
20En cambio, el Señor está en su santo
templo:
¡silencio en su presencia todo el mundo!
¡silencio en su presencia todo el mundo!
EXPLICACIÓN.
2,1 Con esa tensión el profeta
aborda su nuevo oficio, que es ser centinela (Is 21; Ez 33). Se pone a mirar, por
si Dios actúa de nuevo en un momento imprevisible; a escuchar, porque Dios le
debe una respuest.
2,2-3 La respuesta de Dios abre una
nueva etapa de expectación. ¿Cuáles son los plazos en la cronología de Dios?
Recordemos el tiempo vegetal de Is 18,4s y las prisas de Is 5,19; Ez 12,21-28.
Escribirlo añadirá valor jurídico al oráculo (Is 8,16). La escritura ha de ser
clara y duradera, que no haga falta descifrarla.
2,4 Lo malo es que al llegar a
nosotros el texto, no podemos leerlo de corrido, casi tenemos que descifrarlo. El
enunciado parece un enigma intencionado. Es claro que el principio es una
antítesis, con correspondencia de miembros; es unívoco el segundo miembro, mientras
que el primero tiene varios términos ambiguos. La antinomia orienta para
definirlos; pero pienso que el autor juega con la polisemia. Esto supuesto, y
ahorrando el análisis técnico, propongo una lectura parafrástica ancha.
Hay un hombre movido por la codicia
y ambición (nps) que "se hincha" ('plh) con la arrogancia
y con lo que traga, con sus éxitos; pero no triunfará (l' ysrh), porque "no
es recto", justo (idem). Hay un hombre "justo e inocente" (sdyq),
que no recurre a la fuerza, porque se fía (b'mwntw) de Dios, y por
ello salvará la vida (yhyh). El verso siguiente amplifica y extiende este
principio, los cinco ayes corean el fracaso del arrogante.
Pablo cita dos veces este verso
para probar que la salvación no se obtiene por la observancia de la ley, sino
por la fe: Rom 1,17 Y Gal 3,11; en cambio Heb 10,37-38 lo cita según la versión
griega exhortando a la paciencia.
2,5 Con una ligera enmienda que
realza el juego de palabras. Corresponde al principio precedente: tipo /
soldado fanfarrón = hinchado, fracasará; ensancha las fauces y no se sacia = hinchado.
La comparación con la muerte y el Abismo califican siniestramente al personaje:
su poder mortífero, su codicia abismal.
2,6a Lo que nosotros llamamos "ayes",
este verso lo llama con tres términos: Ivm es genérico, copla símil; hxylm
suele implicar burla, sátira; hdj requiere ingenio, enigma o adivinanza.
El tercer título nos avisa que estemos vigilantes para escuchar alusiones ingeniosas
y disimuladas.
2,6b-20 La composición de los ayes
es bastante regular. Ella nos hace ver que el v. 19 se lee antes del 18. No es
tan clara la posición del v. 17: por su tema y por la mención de la madera (Is
37,24), iría mejor detrás del 11. Los cinco son breves y respetan el esquema clásico,
denuncia del delito y anuncio del castigo. El quinto introduce un cambio significativo.
2,6b-8 En la economía interior los
pobres se van empeñando y empobreciendo cada vez más; mientras que los ricos
prestamistas despojan legalmente y se enriquecen. En el comercio internacional
se repite la relación entre reinos pobres, que se empeñan con sus productos, y
el imperio rico que saquea legalmente, según su ley. Hoy lo llamamos endeudamiento
exterior. Habacuc ha puesto al descubierto un esquema de conducta repetible. El
castigo sucede en la misma línea. Si rompemos en dos piezas la palabra "empeñado",
'abtit = 'ab-tit, nos queda en la mano una "masa de barro",
de las tablillas en que se registraban los contratos.
2,9-11 "Casa" tiene el
doble sentido de habitación y familia. El comercio fraudulento se puede practicar
dentro de la nación, y ha sido denunciado muchas veces por los profetas. El autor
piensa aquí (si no es glosa) en el comercio internacional, de "muchas naciones".
Es magnífico el coro antifonal de vigas y maderas.
2,12-14 También éste sucede en el
espacio nacional (Joaquín, Jr 22,13.17) y en el ámbito internacional (Babilonia
según Jr 51, 58). Son los edificios suntuosos o las obras costosas construidas
a expensas de los obreros, con su "sangre". El v. 14 es cita de Is 11,9,
final del reino futuro maravilloso y encaja difícilmente en el contexto presente.
El que lo añadió delata una mentalidad escatológica, a saber: después de la
conflagración mencionada, se instaurará el reino nuevo.
2,15-17 El delito mezcla una lascivia
perversa con el disfrute de la humillación ajena. También tiene doble aplicación,
nacional e internacional, y es un símbolo permanente.
Hay modos no violentos de someter a
otros pueblos. Se los embriaga con dones fútiles y valores falsos, después se los despoja y se celebra su humillación. Hay muchos
productos que embriagan y muchas desnudeces vergonzosas (Gn 9,21) Y muchas burlas de la
humillación ajena. Delito humano cuyo castigo trasciende la esfera humana, pues
Dios mismo suministrará la copa de su ira y el despojador quedará expuesto a la
vergüenza universal.
2,18-20 Buen remate de la serie. La
idolatría va unida a la injusticia porque los ídolos no exigen justicia, antes
justifican y consagran el poder injusto (Sab 14,22-31). En pocas palabras
caracteriza el autor a los ídolos: en cuanto a la materia, madera y piedra mudas
sin aliento vital; en cuanto a la forma, simple elaboración artística sin eficiencia;
en cuanto a la función, trasmisores de oráculos engañosos. En contraste se
yergue solitario el Señor. Un silencio numinoso y universal debe acoger la
invocación y presencia del Señor del universo.
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